miércoles, 24 de septiembre de 2008

Otro cadaver

La humedad no solo penetraba mi pared también mi cuerpo tambalaeante e inseguro, que al compás de las sombras deseaba anhelaba y queria algo confuso y extraño como mi mente enpantanada por el hedor venenoso que inexorablemente me conducía a mis acciones de inercia y desconcierto. Agarre el telefono este momento se me hace inolvidable, lloré y tartamudeé un poco Concrete el encuentro con un sentimiento de ansiedad y fracaso pero arrancandome el alma por haber deseado tu muerte maldecí mi egoismo y mi ser ya decrepito que solo pensaba poseer tu belleza, tu carne y tu sexo hasta romperte la clavicula esa misma que tanto me obsesionaba, tu clavicula enferma que ahora marchita y en piezas produce en mi ganas de saborearla y atragantarme con la misma hasta encontrarte nuevamente. solo deseaba que mueras y extirparte del infiermo que vivimos para encontrarte nuevamente a vos y a tu hermosa clavicula convertida otra vez en una joven quinceañera que seduciendome me encandilaba hasta dejarme tan ciego que deseaba renacer contigo pero mentiste; levante un tomate y lo creí una flor.

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